16 noviembre 2009

CIGARRO

Perfumado
y amargo
el beso que respiro.

Mortal,
intimo,
voluptuoso en el rastro
entra en mi cuerpo
ahoga mi garganta.

Infiltrado en las venas
acelerador del pulso,
pretexto del suspiro,
aclarador de ideas.

Te entregas en mis manos
y te absorbo.
Heredera de vampiros
succiono
tu etérea compañía.

Camarada de la lluvia,
postrer del sexo,
asesino en masa,
niebla en las reuniones,
faro en las noches,
desayuno a veces...

Hasta el último beso
humeante eyaculación
intoxica mis penas.



* * *

1 comentario:

  1. Larisa, el tema que traes a colación es muy polémico por cierto. Nunca fumé y no puedo entender como mucha gente puede hacerlo aún a sabiendas del peligro al que se expone.
    Como tantas otras adicciones, es algo de lo que nadie está libre de caer.
    Ojala que todo el mundo pudiera evitar este flagelo.
    La imagen buenísima. El poema excelente, describe perfectamente el sentimiento del fumador y la forma en que se encuentra atrapado, sin encontrar el modo de salir.
    Besitos de Luz.
    Elenita

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