DE MI SOLEADA SOLEDAD



Aburrimiento
mudo,
solitario,
minucioso
tic-tac
rondan
mis pensamientos
intangibles.


El pulso
de la urbe,
la zozobra
del sol
sobre el cadáver
de mis horas

La eterna
persecución
de autos,
el rugir
de ese lapso
de contactos...

No puedo mas
a ratos
se me olvida
el nombre
de tu boca
deletreo
las nubes y las calles.

Interminable mar
petrificado,
asfalto
incandescente
     y a lo lejos
  se guarecen las aves
en el parque.

La banca
solitaria
     y la fuente
obedecen el orden
     del silencio.

Incluso yo
labios resecos,
   diría que soy
aguja detenida
en el segundo,

testigo evaporado
de un poema

y quieta
    lasitud
 espectadora.







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Larisa Pérez Ojeda
2008
Tehuacán, Puebla; México
Derechos Reservados

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Obra Gráfica:
Autor:Bocatacalamares
Link: 
http://www.flickr.com/photos/bocata/7657473524/

OJOS DE SOL

Tus ojos de sol
se anuncian a las seis de la mañana.
Brevemente el espacio
-el que habita tu luz-
parpadea los reflejos
rosados de una nube
o blancos de un cirro estacionado
en el intenso azul de una promesa
-la promesa del día que nace-
y saluda a la urbe.

Prisa lenta y silenciosa
minuciosa atraviesa la mañana
que se vuelve tarde
en todas sus iridiscencias.
Como batir de alas
tus pestañas, mariposas fugaces
me llevan al ocaso
-el ultimo destello anaranjado-
de un adiós que se anuncia
despuntando los últimos suspiros.

Luego, tu ausencia...

Un recuerdo de luna metafórica
vuelve su faz de párpados cerrados
sobre el canto de un grillo solitario.
                                      


******************************
Larisa Pérez Ojeda
Derechos Reservados.

DENTRO


Dentro mío todo está apagado
corazón de mujer
gota de sangre
fuente de sangre mana y merma
pasión que fluye lejos.

Como una vela apenas encendida
soplo de vida
de noche vive y de día desangra
alma parpadeante, débil
y un aluvión
enorme
fardo pesado de mil penas
envuelve este frágil cuerpo
asfixiando los pétalos
de la flor
de la esperanza.

Un
amargo silencio
crepita entre los huesos
que crujen como barco
naufragado.
Zozobra en la marisma
llena de madrugada
el cansancio de mil vidas.

Una
lágrima púrpura
llora tu mocedad desnuda y fértil,
tu extinguido deseo,
la orfandad de tus besos,
la realidad impura,
estéril,
el porvenir
incierto…


Sol
calcinante
me recuerda la vida
que se acumula fuera de mi alcance
y un cielo azul
cae sin piedad sobre mis alas rotas.
El viento
ofrecido en bocanadas
se filtra
por el espejo roto de mi risa
-pneuma que se desangra y se renueva,
célula que se niega a
sosegarse-
rebeldía incendiaria
que me hace
levantar otra vez
mis viejos huesos
continuar
aún sin esperanzas
y con el corazón
hecho girones.

Luchando he de morir,
mas no vencida.

Larisa Pérez Ojeda
2011 © Derechos Reservados

NOCTURNA



La luna es el ojo
de un conejo negro
mirando a mi ventana
donde la lluvia insiste
en dormir adentro
con un olor a tierra
donde habitó mi infancia.

Los charcos multiplican
el cristal de la noche
y sobre mi almohada
no cabe ningun sueño

Por eso estoy al pie
de mi ventana abierta
aspirando la noche
y zurciendo unos versos

DESAPARECIDO



Se llamaba Israel, y cuando lo conocí siempre tenía sueño.

Cada  noche al acostarse daba comienzo su otra vida, la que nadie creería que fuera cierta.

De todas formas dudaba que yo le hubiese creído, ni el mismo daba crédito, de no vivirlo pensaría que la historia era producto de una enfebrecida noche de cocaína...

Israel, durante el día, era un hombre perdido en el anonimato de las oficinas, archivónomo de profesión, soñador por vocación, miembro de no sé que foros de internet mas por el vicio de matar la soledad que por real interés... no pasaba de los 40 años, de estatura regular y grueso de carnes, tenia los ojos mas infantiles que he visto en la vida, y el corazón mas propenso a sangrar que he conocido alguna vez. Como pude ver poco a poco, desde pequeño fue enseñado al auto rechazo, a conformarse con las migajas de cariño que se caían de otras mesas mas afortunadas. Solo sabia soñar, no entendía bien porque hasta que supe por casualidad lo que en verdad ocurría en su cerebro de archivónomo cada anochecer...

Como todo el mundo, enfermó de soledad, como todo el mundo también la curó con cuerpos y remedios caseros, televisión, libros, revistas, quehaceres, métodos, horarios, todo aquel ritmo de vida medicinal que le impedía pensar en su propia desgracia. Alguna vez tuvo una familia, tal vez la perdió antes de perderla, tal vez la perdió porque la dio por perdida, tal vez nunca fue suya, pero el caso, es que un día se vio solo, acostado en su cama, viendo al techo de paredes desnudas, a punto de dormir.

Fue cuando sucedió, primero fue el escalofrió, el hielo en las venas, la sensación de mecerse en el aire, luego, claramente, vividamente estaba ahí...
Por la mañana de ese domingo, había ido de visita a las ruinas de Teotihuacan, como solía salir de paseo cada vez que podía, no le gustaba salir mucho de casa, era un tipo mas del perfil hogareño, pero obedeciendo a un extraño impulso, salió y fue a la cita perversa que el destino nos tiene reservados a cada uno de nosotros.

No llego tarde ni temprano, solo llegó, a las doce de la noche, desnuda la soledad, junto a el también estaba lista para empezar el sueño....

Se miró envuelto con la claridad del día, envuelto en un taparrabos, percibió el sol, el cielo, el viento, demasiado real para ser  un sueño, pensó, demasiado irreal para ser verdad, por dios, el taparrabos no es material de uso corriente en un archivónomo que se respete...pero lo cierto es que estaba de vuelta ahí, en las pirámides; no estaba solo, como antes, como en la mañana, pudo ver a una multitud que a diferencia de la indiferente multitud anterior, le miraba con atención y seguía sus pasos...de hecho no eran sus pasos, pues era conducido hacia arriba por un alto y moreno desconocido ¿Azteca? ¿Cómo llamarlo? ¿Guerrero? Pero una fría certeza le recorrió el espinazo: era su verdugo...

-¿Todavía no terminas? -Le despertó de sus pensamientos la voz femenina de Laura, y se dio cuenta que había estado mas de media hora rotulando expedientes de manera mecánica, de la forma semiconsciente que trabajan aquellos que conocen bien su oficio, desconectando cuantas neuronas no son necesarias en el proceso y limitándose a utilizarlas  para respirar, y sobrevivir al tiempo que se trabaja...

-No he podido dormir bien- fue su escueta respuesta, y en un rápido estirón de brazos, estuvo listo para seguir...

De pronto, un relámpago atravesó su mente, esa música, ¿de donde venia la música? Se levanto para cerciorarse que no era un compacto nuevo de algún fanático  del mexicanismo. Todos estaban en mejores asuntos, el estereo permanecía interpretando a Luis Miguel como toda la semana, desde su lugar Israel le lanzo una mirada despectiva a Luis Miguel y continuo. ¿Pero es que nadie escuchaba esa música? Comenzó a sospechar que se estaba volviendo loco.

Todo el día trajo esa melodía en la cabeza, lo acompañó en el comedor de la casa de su tía, y casi no tuvo animo para probar bocado, revolviendo con el tenedor el plato de vegetales, a modo de ensayo, pasó la hora de la comida pensativo, diriase que ausente.


-Ora si no te gustó la comida, mijo...
-Perdón... me duele el estomago. -y abandonó la mesa sin una sola palabra más.

La tarde transcurrió en un retumbar de percusiones y el grave lamento de los caracoles, era un sonido incierto, intangible, persistente. Notó que solo eras capaz de escucharlo cuando permanecía en silencio su interior,  eso le acrecentó aun más la duda de estar perdiendo la cordura. Prefirió entonces tararear canciones, platicar con los compañeros, mirar por la ventana del autobús la calle pasar a gran velocidad a veces y a veces tan lentamente que el sueño se apoderaba de el, siempre un sueño sin imágenes, como un lento y pesado parpadear. Al llegar a su casa le pareció más solitario que de costumbre, mas que fría, le sintió desabitada, como si ni el mismo viviera en ella, como un habitante de la luna se sintiera mirando nuestro poblado planeta verde-azul mientras él esta ahí, en un árido desierto blanco y helado. Israel sintió envidia del alboroto familiar proveniente de otras casas, el, era tan pobre, que no tenia ni con quien pelear. Se despojó del disfraz citadino que todo se enfunda antes de mostrarse a otros, también se quitó la máscara incierta de su sonrisa –esa mueca que no acertaba a ser alegre y se quedaba a la mitad como una triste reminiscencia de mejores momentos – y se miró por dentro. Sintió que si tuviera lágrimas hubiera llorado pero ni siquiera le quedaba el consuelo de romper en llanto. Ahora la angustia rondaba y su sombra le soplaba con aliento de hielo... los tambores, los caracoles, el cansancio, todo le presagiaba el regreso de la pesadilla. 


Y así fue, cubierto en sudor despertó como todos los días a las cuatro de la mañana, cansado y hambriento, ora con las plantas de los pies sucias, ora con las muñecas lastimadas, ora con arañazos de forcejeo,  y todo lo que recordaba eran los dos o tres pasos que daba tras el sacerdote Azteca, la gente, el mareo, el desvanecimiento...

Quiso entonces poner fin a estos episodios consultando a un doctor del seguro que enseguida lo mandó a salud mental con una fuerte depresión diagnosticada y varias recetas después, cuando las pesadillas cesaron, lo dieron de alta no sin citarlo al seguimiento de la terapia. Cosa que cumplió religiosamente hasta que se dio cuenta de lo inútiles de sus esfuerzos, se quejó de no poder conciliar el sueño sin ayuda de las pastillas pero lo que en realidad le preocupaba era no poder dejar de soñar  sin ellas. Decepcionado de no encontrar solución en ella, abandonó la terapia a los dos meses.
 
Para evitar dormir se valió de mil artilugios, el mas efectivo lo encontró en su propio dormitorio, como un vampiro se aferra a su presa, de igual manera se aferró a la computadora, succionando de ella un sustituto de compañía, y ese mundo de ficción era mucho mas irreal que su sueño Azteca, mucho mas satisfactorio, mucho mas engañoso e igualmente peligroso.

Encendió la computadora, con una obsesión dando vueltas en la cabeza: todo el día pensó en buscarse una compañera, entre los millones de seres perdidos como él, algún corazón solitario habría para el sin duda...

“Se solicita una dama, una mujer en toda la extensión de la palabra, preferentemente del estado de México, de las colonias..... prometo contestar todas las cartas que reciba, ser fiel y amarla mucho, enviar e-mail a......”

Debo confesar que así lo conocí, aunque de principio lo hice como estudio antropológico de la conducta en el cyber espacio, parte complementaria de mi tesis como psiquiatra (razón por la cual nunca nos citamos para vernos físicamente), pero su personalidad me atrapó en subsecuentes charlas y disertaciones, me interesó mucho porque  era, la síntesis de todas las conductas erradas que en su conjunto, armonizaban en tal modo que incluso resultaban cautivadoras. Un  hombre-niño dispuesto a dejarse a sí mismo de lado con tal de ser aceptado y apreciado. Un hombre solitario, un deprimido, un soñador, un adolescente enamorado de la vida, un viejo añorando lo que se fue, un futuro suicida. Un filósofo urbano dispuesto a resolver todas las vidas excepto la suya propia, la que consideraba ya irremediable. Su persona era una mezcla esperanzas y desolaciones, igual que su sonrisa triste, que nunca pude descifrar, tenía algo en su aspecto que al mismo tiempo era fascinante y repulsivo, como si de tan bueno resultara capaz de cualquier atrocidad, tan inofensivo, que resultara tremendamente peligroso. Su vida era solo el transcurrir del tiempo hacia el final de su existencia, una perpetua eutanasia, un lento morir. Un terminar de días inútiles  y amargas alucinaciones nocturnas.

 Tenía una capacidad ilimitada de escuchar y una enorme necesidad de hablar y comunicarse, hubiera dado su alma si con eso lograra ser comprendido, se hubiera sometido a cualquier vejación para  ser recibido en casa al final del día por un par de caricias y una boca sonriente. Habría soportado cualquier peso sobre su conciencia y sobre sus hombros a cambio  de acostarse cada noche con un cuerpo tibio que lo recibiera sin protestar...  a falta de ese cuerpo, en ausencia de esos labios, desierto de caricias y voces en su derredor, en un desesperado intento por significar, entro en la vida de Marissa...

Fue la primera en contestar su indómita solicitud, sus escuetas líneas no representaron mucho,
En el foro de discusión, solo le comentó que tuviera cuidado con los peligros de enamorarse en la red, pero de forma privada, se puso en contacto con él mediante correos, y así comenzó Israel a aletear muy cerca de la telaraña...

De ella solo quise saber su nombre, su contacto lo evité a toda costa, aunque Israel hizo verdaderos esfuerzos porque la conociera, me rehusé a involucrarme mas de la cuenta so pretexto de perder mi objetividad. Le dije que quería verlo solamente como objeto de estudio, su humanidad me resultaba insoportable,  la forma en que soslayaba sus necesidades afectivas al contacto de unas teclas de computador, por demás patética e inútil. Mas de una vez lo conminé a salir de su capullo, pero la seda en que Marissa lo envolvió acabó por atraparlo en una marisma de conflictos, pasión, odio, cariño, deseo. Israel se enamoró de la única manera en que sabía enamorarse: dando todo por perdido desde antes de empezar.
De modo que el amor paso rápidamente a convertirse en una compleja relación de dependencia, siempre queriendo escapar de Marissa, y siempre cayendo en sus hilos de seda, en sus pegajosas palabras, de donde pendía siempre de un hilo, así vivó meses, dependiendo de ella para subsistir, su soledad, antes soportable se convirtió en continua ansiedad, constante urgencia de algo que no podía tener, latir de mariposas en el estomago, palpitar de deseos y noches desoladas. No precisó mas del chat, ya no quería insomnios para no soñar que era sacrificado. De cualquier modo, ella le sacaba el corazón a fuerza de decepciones,  lo sacrificaba en un altar peor, en una muerte más dolorosa y lenta, mas certera, mas vil.

***
El tam tam de los tambores precia llevar el ritmo de su pesado andar,  pectorales de jade y oro brillaban al sol, la música sagrada, las suaves manos de la mujer de la túnica que lo despojaban de su tocado de plumas, la sumisión de sus ojos entregados al miedo y a la meditación, el sacerdote, el musculoso verdugo empuñando una daga de obsidiana. Ahí estaba ya, tendido sobre el altar de sacrificio, todo en derredor eran aromas de incienso y plumas de quetzal. Su corazón enloquecido de terror y cansancio tras subir la interminable pirámide, el sol en la cara, el vuelo de una ráfaga de pericos en nube verde que irrumpió la escena...

El despertar cansado, sofocado, sucio, asustado, confuso.

 El mismo lo dedujo después del primer mes: sospechaba que todo lo que ella le había dicho eran mentiras elaboradas, mentiras de una inteligencia literaria, urdidas  largamente con un propósito oscuro de seducción, pensó en un principio, pero su instinto sádico era mas patente luego de un par de meses, sus obsesiones, sus exigencias y  crueldades se hicieron evidentes y descarnadas,  lo alejó de toda amistad, lo confinó los domingos al mas absoluto aislamiento, al punto de que todo contacto humano se redujo solo a su voz en el celular..

Israel  era un hombre de carne, Marissa demostró serlo también. La urgencia de conocerla y el deseo de poseer algo realmente suyo lo apuro a buscar una cita que ella acepto de buen grado.

Hicieron el amor en un hotel cualquiera, de paredes lisas y sabanas verdes como el jade de los pectorales aztecas.

 Refugiado en sus brazos se olvidó de su primer impulso de salir huyendo, colmado su deseo, hundido en la voluptuosidad de sus besos, fue un verdadero títere en sus manos, a su vez ella satisfacía en él su delirante deseo de romper un corazón y volverlo a resarcir.

-Marissa, que me hiciste que no puedo dejar de pensar en ti en todo el día, dime que me hiciste, dime como dejo de pensarte, no puedo sacarte de mi cabeza, te lo juro, créeme, Marissa soy tuyo, todo tuyo...

-          Ven... – estiro  las manos hacia él y palpó su piel – ven, te necesito... - es todo lo que  necesitaba para encenderse, se entrego totalmente, con vehemencia, con olvido de sí mismo y ella lo tomó todo, no le dejó nada, ni un gramo de sangre, ni un trozo de piel sin usurpar.

-          Ven. - murmuraba. Y el mundo de Israel se reducía a un cuarto de hotel y al sexo húmedo de Marissa.

**
Dolorosas llagas cubría su camisa, débil y desangrado llegó a su trabajo casi arrastrándose. Mareado y sin aliento, se instaló en su escritorio, abrió nuestra sala de chat y me platicó los últimos sucesos: Marissa gustaba de terminar sus sesiones de sexo, alimentándose con una mezcla de sangre y piel. Quiso complacerla un par de veces, llevado por el morbo y la pasión, pero no pudo negarse a una tercera, una cuarta, y su salud empezó a decaer.

-Ya nadie habla conmigo, hasta me tienen miedo. Nada mas ella, ella y tu. tu me  crees ¿Verdad? Dime que puedo hacer...

-Debí contestar. Pero no dije nada, me limité a aconsejar. –sigue tu terapia en el seguro –pero el y yo sabíamos perfectamente que no asistiría a tales terapias.

En la oficina se murmuraban cosas, se hablaba de enfermedades, de alcoholismo o drogas, Laura habló del grave daño que le hacia la falta de sueño, incluso pronunciaron por lo bajo el nombre prohibido, el nombre ficticio, lo único que sabían es que lo visitaba cada mes, y que después de verla, era una piltrafa humana.

             –Será que tiene problemas con Marissa...

 Solo yo con ojos de científica y amiga, conocía la verdad de ese amor que literalmente lo consumía...

-Ya casi  no tengo la pesadilla del sacrificio, Marissa me ha ayudado..
           
           Israel hizo una pausa y luego, pensó para sí... no no era ayuda, solo era pasar de una tortura a otra, como si su vida fuera una cúmulo de opciones todas y cada una peor que la anterior...

Pero esa noche volvió a soñar, ahora buscaba quedarse dormido, ahora prefería soñar, evitar hablarle por teléfono, evitar escuchar el timbre zumbante de su móvil, a ella, pidiéndole que le llame, pidiéndole mas y mas entregas de piel y sangre, de sexo y sudores, de amor y dolor...
Ahí, estaba ahí, frente a la pirámide, frente a su verdugo, y le gustó la sensación de que al fin todo terminara, respiraba aliviado, sin miedo, solo quería sentir por ultima vez la obsidiana hiriendo sus entrañas, ver con el ultimo impulso de su vida, el corazón latiente salir de su pecho, ese maldito corazón que nadie supo comprender, al fin en manos de otro ser humano, pero la certeza de que ahí también seria devorado, lo contuvo, y corrió con todas las fuerzas que sus pies le permitieron, tratando de salvar sus escuálidos huesos de tan comensal destino. 


Despertó por la madrugada, estiró la mano para acercarse la cobija, pero en la selva no hay cobijas, estaba solo, antes de abrir los ojos sintió los gritos de la selva, sus murmullos, sus silencios, se asustó de encontrarse en ese lugar desconocido hasta que fue recobrando la memoria, recordó su escape, la piel de las muñecas aun lacerada por las cuerdas, el hambre lancetando su estomago, la fiebre  mareándolo, el calor húmedo de la selva. Húmedo y tibio como el sexo de Marissa.

No supo cuanto tiempo permaneció ahí, alimentándose de pequeños frutos y raíces. Pero una tarde mientras descansaba el ruido de la selva no le alertó de unos pasos que se acercaban, cuando alzo la vista, cuatro hombres le rodeaban, levantaron sus lanzas mientras Israel cerraba los ojos, todavía alcanzó a escuchar el crujir de su esternón al romperse.

****

Ojalá hubiera sabido alguna vez cuanto lo buscaron sus compañeros de trabajo, su casa fue revuelta de arriba abajo, sin que nada se encontrara, ni un rastro de Marissa, ni de sus datos, solo las cartas, al  rastrear el remitente resultó ser un terreno baldío, nada, nada en semanas, se habló entonces de secuestro, de ajuste de cuentas, conjeturas sobre un misterio.

-“A un año de desaparecido todavía no se tienen noticias del paradero de Israel Hernández, y la casa que habitó en la colonia Berriozabal.......”

El monologo de la televisión me despierta con una noticia que me recuerda que tengo hambre; mi flamante título de psiquiatra cuelga de la pared del consultorio. Camino despacio hasta el refrigerador y lo abro. Desde el fondo el congelador, una mirada perdida me saluda como cada mañana, extrayendo un paquete, devuelvo la mirada y sonrío:
- Buenos días, Israel....
Y la incierta mueca parece decirme:
 - Buenos días, Marissa.

PROFANADOR DE VERSOS





Solo soy un orfebre
de palabras
aprendiz de alfarero
de una idea
cazador de poemas transparentes.

Solo soy escultor
de una hoja blanca
aspirante a fantasma
candidato a loco permanente.

Solo soy fotógrafo
de sueños
mal pintor
dibujando de memoria
los latidos fugaces de su pecho.

Grillo afilando la punta
de su lápiz
escribiente nocturno
insumiso en su lecho.

Solo soy narrador
de sentimientos
un desempleado
imaginante

Enterrador de tesoros
pirata de las hojas de un cuaderno
mal poeta incurable
profanador de versos.


* * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

UN SUEÑO

Ayer soñé...soñé que no estaba, y todo a mi alrededor era silencio, calma, paz, soñé que mi alma no era tan mía y soñé que nada me decía el espejo.

¿Dónde? ¿Dónde la luz se enciende?... El foco de la noche es una luna mortecina y silente de rayos amarillos.

Luces débiles, imaginarias lámparas celestes me ofrecen sus pupilas ciegas, extasiadas mirándose una a otra discerniendo porqué la oscuridad es tan oscura como la soledad o quizá un poco menos.

Y tu, muda nube de besos escotados, tu de las largas piernas y las sonrisas falsas, tu al alcance de mi mano, tan, tan a lo lejos y tan al roce de mis dedos fugitivos. Y tu, de minutos de deseo y horas de culpa, derrites el hielo de mi corazón con tu mirada, perfumas con tu nombre mis pupilas y con tu desnudez bendices hasta el aire que te toca. Tu cadera desnuda, delirio de mis manos, primavera siniestra donde mueren las mariposas de mis besos y ese adiós de mirada extraña, el que nunca dijiste, el que mas dolió, el definitivo.

Ayer me dormí llorando lagrimas doradas y plateadas del alma mas perdida de este mundo de hadas y castillos, de duendes y hechizos, de oscuridad y muerte, de paz y de silencio...soñé que vivíamos en un lugar llamado realidad, soñé que no teníamos alas ni éramos púrpuras, azules, amarillos. Soñé que nuestros besos no brillaban en los oscuridad, soñé que tenias algo llamado pasado, y soñé que un día tu capricho o el mío, o el de Dios o el del diablo te traían a mi vida y tus mortales ojos se clavaban en los míos. Tu cortante beso se hundía en mi cuello y yo moría de latidos desesperanzados, de frió en las cobijas, de caricias rotas, de esperanzas muertas...moría.

Moría como la canción de nuestros besos, tu, llorabas, yo también. Lloraba de ayer y de mañana, lloraba de ganas e impotencia, lloraba de recorrer tu cuerpo con mi cabello y trazarte consignas con las pestañas.

Besaba, besaba tus años, tus desesperaciones, tus amores, tus inocencias y tus maldades.

Ayer soñé que me quedaba muy quieta cuando tu te ibas y de tanto llorar mi corazón se volvía un caudal y mi cielo se estrechaba hasta rozar tu piel, soñé que mi conciencia ardía hasta las cenizas y mi mano, solo mi mano se salvaba de los vástagos de la muerte para incubar poemas aburridos antes de nacer.


Soñé que no existía que de tanto extrañarte me volvía una piedra mas, un respiro, un punto en el infinito, una ciega estrella que iluminaba tus ojos redondos mientras desabotonabas tus amarras y desnudabas tus suspiros.

¡Ah!, que silencioso vació. Que infinita paz, que vasto eco de ausencias. Que oscuridad sin fin de poemas, que quietud de tus muslos llenando mi sueño.






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*Imagen: Hada dormida /Autor: Teresita Angel

LA CALLE DEL DESEO

¿Que no vivias ahí donde
la calle del deseo desembocaba?

¡Quién tuviera en tu cama de dos plantas
la locura de ser de tus pecados
el pecado que mas cometieras!

¡Quién bebiera del pliegue de tus labios,
quién se alimentara en tus caderas!




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PLEGARIA V

Señor...
Me diste un corazón, esa es mi ruina
y no fue un corazón sencillo y puro:
Me diste uno con pasión y espina,
feroz y frágil, tierno, cruel, desnudo...

Porque así lo quisiste o por descuido
no le hiciste en el mundo un compañero
y a caso también fuera por olvido
le ha quedado en el centro un agujero

Por donde se filtraron soledades
miserias y tristezas y se escapan
la fe y la vida y este mal de males
al que llaman amor...¡ Tonta palabra!

¡Oh! Dios, mi corazón desventurado
con el llanto se ha ido endureciendo
mas se que por haberlo regalado
arderá eternamente en el infierno
ya el deseo y el dolor lo han calcinado
y hecho cenizas seguirá latiendo.

ADIOS MUÑECA (A AZUANY )

Adiós muñeca, hoy mi corazón
llora despacio por volverte a ver
mas es inútil, dice la razón
que por un tiempo ya no puede ser.

Adiós muñeca el cielo de cristal
lloró toda la noche tu partida,
la luz de la mañana te hallará
en medio de las rosas aún dormida.

Yo entiendo que la vida seguirá
mas no sé lo que haré sin ti a mi lado,
me duele que el camino por andar
no pueda caminarlo de tu mano.

Muñeca, yo que todo te lo di
lamento haberte dado tan poquito
y del amor tan grande que sentí
partiste hacia otro amor más infinito.

Muñeca, te llevas en tu andar
los sueños que quedaron por soñarse,
las risas que ya no sonreirán,
los besos que ya no podrán besarte.

Adiós, se que un día te encontraré
y al fin podré decirte tantas cosas;
hasta ese día sólo pensaré
que aún estás dormida entre las rosas.

* * * *

Larisa Perez Ojeda
Derechos Reservados

* * * *

GRACIAS

Porque cuando me viste

no pudiste evitar enamorarte,

porque fuiste

desde entonces un mago

el que abría las puertas

y hacía que las cosas sucedieran.





Porque cantabas

aun cuando no entendía

tu idioma extraño

y tomaste

mis diminutas manos en tus manos.





Porque eres el guardián

de mis anhelos

y el ángel custodio de mis sueños.





Porque cuando necesité

me dejaste libre,

me enseñaste que puedo equivocarme

y cuando he caido estás de pie

ayudándome siempre a levantarme.





Porque cuando te busco

has estado en tu sitio,

porque cuando en las noches tengo miedo

todavia te llamo

y desaparecen los demonios.





Porque tienes el poder

de resolverlo todo.





Porque bajo tu sombra

aprendí que el amor es generoso.

Porque cuando me viste

dejaste de ser tuyo y fuiste mío.





Porque para amarme

no buscaste razones en la vida:

Te ha bastado saber que eres mi padre,

te ha bastado saber que soy tu hija.







**************************************

¿PORQUE DEJASTE?

¿Porqué dejaste al tiempo que robara
los nidos de los pájaros de tu alma,
el columpio en el árbol de manzanas
sembrado en el edén de tu mirada,

Las gotas de ternura en tus pestañas,
los pétalos carmín de tu deseo,
el amable rumor de tus palabras,
el pudor y la prisa de tus besos?

¿Porqué dejaste entrar a la rutina,
maullar a los gatos de los celos
y ladrar a los perros de la duda?

¿Porqué nuestro amor se fue a la ruina
y en todos los rincones de mi cuerpo
no queda rastro de tu piel desnuda?



* * *

MUERTO

Estoy muerta, tan muerta, y a pesar de mi misma
aunque yo no lo quiera aún me encuentro tan viva
tocaste el corazón con un dedo de fuego
y su luz me cegó y sus llamas me hirieron.


Las ruinas de mi vida marchita y desolada,
la furiosa tormenta de todos mis anhelos,
las espinas, las zarzas, los abismos secretos,
todo ha sido inundado adentro de mi alma.


Me he quedado desnuda de todos mis pecados
pura como la hierba que cubre la pradera
descalza en la arena camino sin tus labios
en que pueda treparse mi piel de enredadera.


Mis ojos son profundos lagos a media noche
de verse tan tranquilos y oscuros y serenos
no imaginas adentro las fieras que se esconden
ni el peligro mortal de sumergirse en ellos.


Hoy las fieras dormidas en el lago tranquilo
te han dejado pasar pues no están al acecho
fue un terremoto cruel tu paso fugitivo
de tan fuerte que siento que me ha roto los huesos.


Estoy muerta, lo se, he llegado al infierno;
aquí nadie me importa, aquí nadie me espera,
he renunciado a todo lo que era malo y bueno
y desnuda en la playa me he tirado en la arena.



Asoleo mi alma de inmensas soledades
con el sol del perdón y del futuro incierto
en silencio la playa, a solas con la tarde
sin amor y sin odio, solo sé que ya he muerto.

* * *

POR ESO SE

Porque me duele se
que aun estoy vivo.
Porque me sangra el corazón herido.

Porque te extrañaré
se que he amado.
Porque puedo llorar desesperado.

Yo sobreviviré
lo he comprendido
cuando a tu adios he sobrevivido.

Y tengo la impresión
que todavía
podré reir cuando te olvide un día.


* * *

FLORES

Flores quiero en mi desierto mundo,
una gota de lluvia que humedezca
esta cruz calcinada de amor mutuo,
esos páramos secos de mi huerta.

Flores de su semilla sacrosanta,
besos mas puros nunca había soñado.
Cuerpo desnudo: extendido mapa,
dibujo de la patria de mis manos.

Hoy quiero soledad para llorarte,
flores para la tumba de mis sueños,
otros besos que me hagan olvidarte,
lágrimas que te lloren en silencio.

Quiera el cielo mandarme en la penumbra
de la plateada luna algún consuelo,
flores para el desiero de mi angustia,
resignacion para curar mi pecho.




* * *

DE TOCARTE



De tocarte...de verte otra vez, con el corazón sofocado por el peso de una lagrima pétrea, de diez mil lagrimas de piedra, de obsidiana. De tocarte con las manos frías y tumefactas de la soledad, del tedio.... Transformarme con tus pétalos de luz, con el roce de tu sexo, de tu carne serpenteando en mis entrañas, inundándoles de lava, de fuego, iluminando el oscuro refugio donde me convertí en madre, donde me hicieron mujer, dándome a conocer tu secreto, tu magma ardiente....Porque el sabor de tu boca aun no lo conozco, ni me has sometido todavía, y corro por el sueño con los restos de mi inocencia y no se que se siente en tu habitación cuando la piel se queda desnuda, si se siente frió y entonces me quede pegada a ti para calentarme, si se siente calor y entonces pueda moverme con libertad por dentro y por fuera de ti, O tal vez me aloje por el pliegue de tus ingles, o me escurra Por en medio de tus piernas, o quizás te alimente con el sabor de mi pecho, y te quedes prendido como un lactante, bebiendo la sabia de mujer, no sé si termines dominándome o te dejes dominar, y entonces seas mi esclavo, y te ordene beberme y te sumerjas en mi y al alimentarte mas y mas adentro te devuelva a un útero universal del que emergen todos los hombres, y nazcas de nuevo para ser mi hijo, mi padre, mi hermano, para que reencarnen en ti todos los nombres y todas las cosas que no se explicar y me las expliques tu, para que las anides en mi seno con la fuerza y la tibieza de tu carne, de tu esperma ávido de encontrarse con un óvulo, encuentre en su camino el corazón, mi corazón y lo rompa y lo germine ...De tocarte con todos los dedos y todas las manos, de todas las mujeres que no has podido poseer, para que cada vez que me hagas tuya encuentres en mis adentros otro cuerpo y sea nuevo para ti, y te refresques y te renueves tu también, y cada vez que me desnudes en ese cuarto que no se si es frió o tibio, desnudes otro torso, y pruebes otros senos, y te abracen otras piernas y escuchen tus gemidos otros oídos, otros sudores.....De decirte lo que no se decirte, y dejarte en silencio, con las palabras cayéndote como gotas dulces en los labios, en el cuerpo laxo y cansado, en el pensamiento, para que amanezcas con la piel salpicada de miel, y seas el banquete de los dioses, en mi boca profana.

ESTE POEMA

Este poema, celda de mis huesos,
cara invisible de la soledad.
Esta que soy te ama por entero
del cabello a tus plantas nada mas.
Y cada noche es la misma lucha:
Mi mente internándose en tu cuerpo,
mi cama oliendo a castidad.
Y otra vez amanezco sin dormir
contentada con imaginar
... y otra vez despiertas
las resplandecientes caricias
te iluminan esta mañana
sembradas de amarillo en el mundo de Oz
donde camino en busca del corazón,
el cerebro y el valor
o solo una brújula para volver a casa
mi casa,
dentro de tus piernas
mi casa,
a un lado de tu almohada,
lejos de los miedos,
cerca de tu sed.
Indecisa en medio
de la caricia al beso,
de la ternura al sexo,
del pudor al deseo,
No, no es cariño...
no, no es amor
ni ternura
ni destino
es locura
eterna
indómita locura
de tenerte
entre mis intenciones
entre mis cabellos
Al filo de la noche y el olvido
donde cantan las sirenas para perder mi nave
mas allá del horizonte
crujen mis notas
hojas de papel , confesionario
rima y soledad ....



este poema, cárcel de mis huesos.


* * *

COMO MUEREN LAS ROSAS

Yo iré muriendo a poco como mueren las rosas
se secaran los pétalos de todas mis caricias
y el dorado perfume que mis ojos destilan
se irá poniendo agrio por llorarte en la aurora.

Mi corazón que habita en el desasosiego
comprará para ti los poemas que escribo
y mi cuerpo de tanto extrañar a tu cuerpo
se cerrará y ya nadie podrá tocar sus hilos.

Mi boca transparente donde tuve tu orgasmo
Donde nacían los besos cristalinos y suaves
No ofrendará jamás el placer de sus labios
Porque sin tus pasiones se secan y se parten.

Mi pecho de caverna, de sol y tempestades
irá apagando el faro de toda mi esperanza
y en estos mis rincones no habrá mas humedades
que den la bienvenida a otra piel extraña.

Yo me convertiré en una rosa muerta
para siempre mi alma se quedará marchita
sin tu lluvia de besos cada noche en mi huerta
yo moriré de sed, y de melancolía.


* * *

UN ADIOS, DOS FRAGMENTOS

( I )
Hoy que la vida se olvidó que existo,
que el amor extravió mi dirección y envía
a otra mujer con mas suerte mis vestidos
y a otros amantes mi osadía...

Hoy que mi corazón no da mas fruto,
que en la cama soy solo una muñeca,
que en el alma llevo eterno luto
y en los ojos anhelos y tristezas...

Hoy que la vida se olvidó que existo,
que Amor no me hace más entregas,
que el sabor de mi boca se ha extinguido,
que mis manos son ya dos rosas muertas...

Hoy me dices adiós y buena suerte
pero es tarde para mi destierro
ya solo puedo esperar la muerte
mis alas olvidaron qué es el vuelo.


( I I )
Donde hubo un corazón queda una roca,
un carbón apagado por el llanto,
una pasión que ya no se desboca
porque la ha sepultado el desencanto.

Donde hubo una piel, queda un escudo,
una coraza que jamás se encienda,
nunca más quedará el cuerpo desnudo
aunque se le despoje toda prenda.

Donde hubo caricias, un desierto,
donde habitaban flores, solo espinas,
donde vivió tu amor todo está muerto
de la ilusión no quedan ni cenizas.

Aquella boca donde hubiera besos,
aquellos ojos con que te mirara
son labios fríos y son ojos huecos:
Ternura se ha olvidado de mi alma.




* * *

LLUVIA REPETIDA

Tu, que no sé dónde estás ahora dormido y yo en este balcón mirando las luces de la noche, la lluvia que repite las mismas gotas, refleja los mismos suspiros, moja los mismos árboles. Yo, en este balcón desde mi perspectiva de paloma te bordo tres o cuatro palabras.

Quietud de sombra, de árbol, y silencio de las desiertas calles atravesadas por la luz de un farol de media noche.

Quien fuera un árbol plantado en el parque, bañado por la lluvia repetida...quien fuera aquella luz en la ventana, o una cama, o una almohada.

Quien fuera el fantasma de las catedrales y pudiera dominar las alturas sin miedo a precipitarse. Solo los muertos no temen morir, yo temo...temo amarte, precipitadamente, lentamente te siento infiltrarte en mis emociones.

No me lo propuse, ni tu, es la casualidad, o las dos soledades, o la fatalidad de descubrirte cuando todos mis pétalos han muerto. Es la fatalidad de florecer cuando las mariposas emigraron.

Loco, sublime, voraz, mi corazón necesita saber que estas ahí dormido en algún sitio impreciso, desconocido, pero cierto...y yo te amo. No quiero, no puedo confesarlo ahora. Solo lo siento en cada latido del pensamiento, en cada pulso de mi derrota, en cada capullo de sueños.

Resbalan las gotas repetidas de la lluvia de ayer y de mañana y desde mi ventana sueño con el abrazo desconocido, con el silencio que me regrese la lluvia de palabras, palabras repetidas: te amo...te amo.




* * * * *

SI DIJERA TE AMO

Si te dijera te amo
mentiría:
No te amo todavía.

Porque decir te amo
significa
que seré generosa y no egoísta.

Que dejare de hacerte mi capricho
y mi capricho es
que me llenes el cuerpo de caricias.

Que habré de someterme a tu albedrío
y ¡Válgame, señor!
No soy sumisa.

Si te dijera te amo
no podría
dejar tu olvido en otra piel amiga.

Forzosamente habría
de extrañarte
y una pena así me mataría.

Y mis ojos de vuelo de paloma
en que te miras
si te amara dos naúfragos
serian.

Si dijera te amo me querrias
y yo
no quiero que me quieras todavia.

Ya que todo el dulzor
de tu persona

que defiende el pudor
de una camisa

si admitiera el amor
que me ocasiona
Y dijera “te amo”

perdería.



* * *

A TUS PALABRAS

Hiere tu voz la tempestad de sueños
con un sol diáfano sobre mi penumbra
y sus modulaciones deshilvanan mi pecho
desenredan figuras plateadas y oscuras.

Hechicero remoto transformas las orugas
y brotan mariposas de cristalinas alas
que gotean en la almohada
transformando la alquimia de tornar amarguras
en brotes de esperanza.

Su eco se difunde en el profundo espacio
del corazón a veces herrumbroso y vacío,
en el bosque dormido de la razón en calma
donde crujen las ramas secas y escapan
temores y odios
sicarios de mi fe despavoridos
en loca desbandada.

En el filo del sueño los dedos invisibles
de tus palabras suaves acarician el alba
transparentes saetas tus murmullos de viento
apartan la hojarasca del sendero
que transita mi alma.



* * *

TE ANDARIA



Yo te andaría una vida
Que no por ser así
seria perfecta
pero si acompañada
por el ser que
prefiero
en el planeta...

yo te andaría
te invitaría
a la fiesta de mi cama
mas no te arregles
es mas
no te vistas de nada
ven solamente
con el perfume
que sabes me encanta,
con tu amor a cuestas
pero
si no te alcanza
no lo traigas
te presto del amor
que a mi me sobra

Yo te andaría una vida
la que fuera
la vida mas sencilla
la mas fiera
no importa
te andaría
los accidentes de tu cara
tu rostro
que no se si es bello
o es
que te quiero,

Te andaría las piernas
las almohadas
las cobijas
los sueños
las miradas
los gestos
las palomas mensajeras
que me mandas
las manos y los pies y los sudores
las risas
las tristezas
las palabras
las flores
las lluvias
los rencores....
yo te andaría una vida
desandaría lo andado
y luego otra vez
con un amor del todo renovado
a pie, sobre dos alas o cansada
a la velocidad de los gusanos
a la luz de tus ojos
a la voz de tus labios
de noche, en el ocaso
en cada amanecer...
yo te andaría.



* * *

CUANDO HAYA PASADO

Cuando haya terminado
de bordar en tu cuerpo
una historia de besos
y profunda humedad.

Cuando se haya quedado
tu deseo en silencio
y los besos colmados
y apagado tu afán.

Cuando tenga el los labios
tu mojada semilla,
nuestros cuerpos cansados,
nuestra piel sin vibrar.

Cuando me hayas vertido
en el alma tus besos
y me ponga el vestido
y te vuelva a mirar...

¿Me dirás hasta nunca?
¿Pensare que te quiero?
¿Te olvidaré muy pronto?
¿Tu me recordaras?

Recogeré en un lazo
los rizos de mi pelo,
caminare despacio
rumbo a la soledad.


* * *

YO TE AMARÉ

Yo te amaré en silencio
así, calladamente
que a veces incluso
olvidaré que te amo
que te llevo
oculto
entre las venas
que el corazón impulsa mi torrente
murmurando tu nombre
tan apenas
y tan constantemente
que a veces se me olvide
que te esconde.



El polvo de mis huesos
abandonado en un viejo sepulcro
musitará “te quiero”
aun cuando los años
mi recuerdo borraran por entero.
El viento
esparcirá por el sendero
el eco repetido
de mi clamor callado
y te echará de menos
en mis labios.



Y mi alma reencarnada
en otros cuerpos
dentro de muchas vidas
como ahora
aun en los más felices tiempos
soñará con tus besos en la aurora.


Yo te amaré despacio
día con día
se verterá infinito
un mar profundo
que a veces rodará de entre mis ojos
por mi mejilla
en forma de poema
y llegará a mi mano
para volverse tinta de mis penas.



Yo te amaré
como te amo ahora
que amo tu libertad
y amo tu anhelo
aunque no sepa
ni el color del cielo
donde surcas tu vuelo de paloma.

* * *

AQUI TE AMO

Aquí te amo, donde pisa mi planta
sumergida en la calle de palpitar zumbante
busco solo tus ojos entre rostros ajenos
la mañana transcurre su paso trepidante...

Ecos, voces, historias, propósito, ajetreos,
cada rostro es un alma, una vida, un pasado,
y tu, el mas perfecto, el único, el que sueño
en el rió caudaloso de un cardumen de extraños...

Aquí, mientras la vida incesante se agita
mi pluma de poeta desempeña su oficio,
me abre paso en la calle de una hoja de tinta
y le robo un recuerdo al minuto que vivo...

Aquí, desde mi paso que no alcanza tu paso,
aquí, desde mi pena que no abraza tu pena
te llevo cual grillete, te sufro cual condena,
mi corazón tu nombre murmurando despacio
arrastra lentamente la tinta de mis venas
y te escribo un poema aquí, donde te amo


* * *

LO QUE NO FUE

Lo que no fue, se queda como un sueño,
aquel amor que pudo ser sincero,
aquel minuto que se robó el tiempo,
aquellas alas que nunca alzaron vuelo...

Lo que no fue...no es cierto,
nostalgia de la flor en el invierno,
de haber dado lo que guardó el silencio,
y de tener aquello que no puedo...

Lo que no fue...lo entiendo
es triste pero no tiene remedio,
es el dulzor amargo del recuerdo,
es la espina clavada del intento
que nunca el corazón sacó de en medio...

Lo que no fue...lo entierro
pero a veces resucita de los muertos
me muerde el corazón con su veneno
y me mata saber que no lo tengo.




* * *

TE IRAS

Te irás también un día
o te irás yendo a poco
y serás mi pasado
como lo fueron otros.

Te extrañaré de noche
con tus ojos oscuros,
con el fuego en tu carne
y tus abrazos mudos.

Me quedaré despierta
recordando tus ojos
hasta que seas pasado
como lo fueron todos.



* * *

SILENCIO

Silencio
abrigo de mis sueños
rasga una lágrima
la pulcritud de mi alma.

Corazón sofocado,
humo,
cenizas,
luego el vacío
ennegrecido
como un abismo helado.

Como la olla vieja
de otros tiempos
donde hirvieron
otros caldos:
ahumada
y resinosa
así quedó mi corazón
sobre la lumbre muerta.

Y el silencio persiste.
Se evaporaron ya
todos los gritos:
Los de dolor, dolidos;
los de temor,
los enfurecidos.

Silencio
del hielo de los polos,
cesaron ya
los primitivos fuegos.

Todo es silencio.

Comienza mi declive:
El último óvulo fértil
ha salido,
mi cuerpo sueña
con la primavera
en el silencio
del hielo ennegrecido.



* * *

SI EL AMOR VUELVE

Oh, si la multitud de sentimientos
perfumados, volátiles volvieran
a aletear en el desierto de mi pecho
y luego, inevitablemente huyeran...
¡Cuanto florecerían los poemas!
En mi piel al rozar con otro cuerpo
despertaría la vida en mis entrañas
si el amor me llegase nuevamente
Y antes de partir, por un instante
me alumbrara un fulgor iridiscente,
derritiera el acero de mi espada


e inyectara un furor en mi torrente


* * *

RESPUESTA SILENCIOSA


Ese íntimo dilema
de tus besos de sal
y tu cuerpo dormido,
de tus caricias blancas
y tus muslos lunares

Si te recorro ansiosa,
ociosa,
adormecida,
...respuesta silenciosa
de muslos blanquecinos...

Este íntimo dilema:
la hora en que me dejas.

Ojos cafés sobre tu piel de mármol.
Tu piel :
sabor de ausencia.

RECUERDOS

¿Qué preludio de sol
me tiene el corazón de vilo en vilo.
Y la mansa nostalgia
a ratos viene a platicar conmigo...?

¿Qué inédita canción
danzan las horas
a ratos escapadas y dormidas...?

Como uvas en la boca
agrio y dulce el recuerdo de su ausencia
me tiñe el corazón.

En esta noche larga
de infinitas estrellas
cuan interminables son mis penas.

No se si fue
la tempestad de su alma,
el calor de su cuerpo,
el marfil de su cara,

Que se clavó al torrente
y a la entraña
lo que danza esta noche
de horas escapadas.



* * *

PRIMERA VEZ

De su manos cae el miedo
revolotea.. huye
se escapa, se resbala
el deseo
un caracol de dobles ojos...


Repta la soledad entre sus dedos;
entre sus piernas serpentea
la locura atormentada,
 desposeída,
febril
de no llamarle pecado,
de no perlarla
de cuentas de un rosario


Sin ascensiones luminosas,
sin condenas culposas,
solo sexo...
Mordió la manzana

que Eva le ofrecía
y cayó en cuenta que estaba desnudo...


Manzana sonrosada
dulce fuego

Mientras paladeaba
Incesante, 
poseído, 
extraviado,absorto
al sabor de su piel
se desprendieron sus alas poco a poco

No más ángel
sólo un hombre.


* * *

MAYOS Y ABRILES

Sus manos como abriles
despertaron floridas
calurosas, jadeantes
perpetraron mi cuerpo.
Desenfrenado crimen
crucifixión de besos.
De manzanas prohibidas
el camino al infierno
bordeaba de árboles
mi lecho.

Mis labios como mayo
caluroso y desierto
bendijeron el agua
de un manantial de besos.
su cuerpo fue semilla
que germinó en mi cuerpo.
su fuego fue la llama
que incendió mis adentros.

Sus ojos de verano
en que estaba lloviendo
se quedaron grabados
en mis ojos de invierno.



* * *

LLUVIA QUE CLAMA MI NOMBRE

Lluvia que clama mi nombre
De luminosos conjuros
Arrancándole a la tierra
Su olor a barro desnudo.

Vientos helados de olvido
Me azotan con los recuerdos
Tan confusos que no sé
A quien extraña el silencio..

Nube de redondos pechos
Con que me cobija el cielo
Si humedeces otra piel
No murmures mis secretos.



* * *

HISTORIA VERDADERA

Esta es una historia de amores imposibles
se repite en los ojos de cada pesadilla.
Naufrago de tus besos, violador invisible,
profanador de tumbas de mi melancolía.

Llegó como se llega siempre a las soledades
cuando el corazón duerme con la ventana abierta,
se filtró en mi cariño como las humedades
de la lluvia se filtran en las casas desiertas.

Floreció en el jardín de mis desesperanzas

su aroma de deseo perturbó mi cabeza.
Perfumada su piel, la ausencia es mas amarga
porque no veo, ni oigo, ni huelo su presencia.

Para hacer el amor de amores imposibles
fue creado su cuerpo, fue inventada su cama;
sus besos endulzados, veneno irresistible;
su desdén fue inventado para perder mi alma.

Este es mi amor sombrío, como un amor cualquiera
una historia perdida de un callejón sin nombre
donde la noche oculta bajo la luna ciega
amores imposibles de una mujer y un hombre.



* * *

A UN OLVIDO


Me has olvidado...
Descarto la presencia
De mi nombre en tu planeta
De áriidos destellos
... y tu
cielo de jadeantes lunas
barridas por un cronos implacable,
ángel de los años muertos
rebelde al cincel que surca tu rostro...
guardaste la eficiencia de mi cuerpo
en el legajo de amores imposibles,
sepultaste mi pulso en la vorágine
y olvidaste mi nombre
el que una noche
repetías invocando
apariciones,
cuerpos,
calores...

amnesia necesaria
misericorde climax
de la descarnada sombra del adios.

* * *