La luna es el ojo
de un conejo negro
mirando a mi ventana
donde la lluvia insiste
en dormir adentro
con un olor a tierra
donde habitó mi infancia.
Los charcos multiplican
el cristal de la noche
y sobre mi almohada
no cabe ningun sueño
Por eso estoy al pie
de mi ventana abierta
aspirando la noche
y zurciendo unos versos